Hace tres años que Pili Carrera, la firma de moda infantil fundada en 1963 por Bienvenido Carrera y María Pilar Rodríguez, culminó el proceso de relevo generacional convertida en una sociedad limitada, y administrada y dirigida por la hija del matrimonio fundador y también diseñadora, Salomé Carrera Rodríguez. Su toma de control de la empresa coincidió con el peor momento de la firma, con una estructura de producción sobredimensionada para un mercado a la baja. Fue un duro reto que ha conseguido superar en tiempo récord, aunque no ha sido nada fácil.
La empresa de moda infantil, que se acogió a un concurso voluntario de acreedores en septiembre del 2018 sale adelante con un quita de la mitad de la deuda (poco más de 5 millones) y un plan de viabilidad que pasa por un recorte del 30 % de la producción y 39 despidos.