“Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está cerca”
Don Quijote de la Mancha

miércoles, 14 de febrero de 2018

Oligopolio



El proceso no es nuevo, pero se ha acelerado hasta tal punto que hoy los 14 mayores constructores de coches del mundo controla un total de 54 marcas. La norteamericana General Motors ostenta el récord de enseñas. Desde Saab a Subaru, pasando por Bulk, Vauxhall, Pontiac, Hummer, Cadillac, Chevrolet, Holden Isuzu, Daewoo, Suzuki o su filial europea Opel, en pleno proceso de negociación para su fusión con PSA, una operación que, por primera vez, sitúa a la automoción gallega, con la planta de PSA al frente, en el mapa mundial de las fusiones y adquisiciones del sector. 

En el actual escenario de concentración, se presenta ya como una necesidad para PSA. Toca crecer y ganar dimensión. Los expertos del sector dicen que el mundo del automóvil cambiará en cinco años más de lo que lo ha hecho en los últimos 50 años y para ese futuro incierto y convulso hay que prepararse desde dentro. El coche del futuro es compartido, eléctrico y autónomo y todas estas tendencias resultan demasiado caras como para que cada automovilística las afronte por separado y pretenda seguir compitiendo.El futuro es tan caro para los constructores que las alianzas van más allá del propio sector de la automoción. Alianzas como la de Volvo y la plataforma de transporte privado Uber; o la compra de BMW, Daimler y Audi de la filial de mapas de Nokia son solo un comienzo.