“Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está cerca”
Don Quijote de la Mancha

domingo, 10 de febrero de 2019

Oligopolio

La Voz de Galicia

El mercado de los carburantes de automoción en España está en manos de unas pocas petroleras porque los nuevos operadores se encuentran con «importantes barreras de entrada y expansión» en el negocio, lo que repercute directamente en los altos precios finales de los combustibles. Son algunas de las conclusiones más destacadas del informe sobre el mercado mayorista elaborado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El regulador vuelve a la carga contra las petroleras para acusarlas de provocar la falta de competencia -exactamente dice que no es «satisfactoria»- en el sector y de imponer unos precios altos a los consumidores. La CNMC constata que los operadores tradicionales («Repsol, Cepsa y BP», apunta) están presentes en toda la cadena de valor, lo que favorece, añade, «situaciones de concentración e integración vertical del mercado, donde tienen un poder de mercado significativo y no replicable». Las tres poseen refinerías y participan en el transporte, almacenamiento primario y secundario y la distribución». E influyen sobre la corporación de reservas estratégicas de productos petrolíferos (Cores) y sobre las decisiones de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), a través de su presencia en el consejo y su accionariado.

Según la CNMC, Repsol controla entre el 40 y el 50 % del mercado del refino en España; del 40 al 50 % del mercado mayorista; y el 34 % del minorista. Cepsa, entre el 30 y el 40 % del refino; 10-20 % del mayorista; y 15 % del minorista.